Cada vez más estudiantes dudan si continuar en la universidad por el trato que reciben. La sobrecarga académica y la falta de empatía por parte de algunos profesores han convertido el aprendizaje en una fuente de estrés y ansiedad. Nadie debería sentir miedo de estudiar por temor al maltrato psicológico. Es urgente que las universidades escuchen a sus alumnos y promuevan un ambiente justo, donde el aprendizaje no sea una batalla, sino una oportunidad para crecer. La educación debe formar, no destruir. Si quieres fortalecer este mensaje o hacerlo más directo, dime y lo ajustamos juntos.

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