Después de la muerte de su padre, Sofi, Fabi e Itzel se quedaron bajo el cuidado de su madrastra, Diana. Desde el principio, Diana demostró ser cruel y despiadada hacia las tres hermanas. Diana las obligaba a hacer todas las tareas domésticas y las humillaba constantemente. Les negaba comida y atención, y las obligaba a vivir en la miseria. Sofi, la mayor, era la que más sufrió, ya que Diana la culpaba de todos los problemas. Un día, el príncipe del reino nció un baile en honor a su cumpleaños. Diana ordenó a las hermanas que se quedaran en casa, mientras ella asistiría al baile con su propia hija, una joven vanidosa y egoísta llamada Lisette. Pero las hadas madrinas de las hermanas, que habían estado observando desde la som, decidieron intervenir. Les concedieron vestidos y zapatos mágicos para que pudieran asistir al baile.

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