Mi esposo estuvo en el hospital porque tuvo una cirugía de la columna. Yo lo cuidé alrededor de dos días seguidos completos. Desde el primer día nos dijeron que en ese piso espantaban, en particular en ese cuarto. En ese cuarto había otros 4 pacientes más. Cada noche apagaban las luces a las 10 y las encendían hasta las 6 am. Yo estaba sentada en un rincón de la habitación en una silla metálica de lo más incómoda. La primera noche todo normal, pero la segunda noche fué horrible. Estaba sentada tapada con una pequeña frazada y en eso sentí un peso sobre mis piernas como de un niño. Sentía que estaba entre mis zos. Cerré los ojos y dije sea lo que sea, si quiere que lo ace lo voy a azar. Así estuve toda la noche y entre mi miedo me quedé dormida. Cuando encendieron las luces ya no había nada.

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