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Un ejemplo, de que para enseñar no es necesario humillar es el caso del Dr. Rodolfo Brito, es un ejemplo de dedicación y empatía, excelente Doctor, profesor y ser humano. Donde se toma su tiempo para explicarnos detalladamente cada uno de los contenidos, y si tenemos alguna falla nos corrige de forma profesional, no con humillaciones ni burlas.
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