Volver
Eras mi esperanza hallada en el sendero; la luz del amanecer en mi jornada, el semblante intelectual que admiraba y el descanso por la noche en cada sueño. Eras mi entusiasmo ardiente por ser bueno; el pilar que hacía falta en mi santuario, la sonrisa que activaba mi latido, y el calor que me llevaba hasta tu espacio. Eras mi rocío fresco en la mañana; la fuente que a mi ser brindaba aliento, el resplandor que buscaba en la tiniebla, y llegaste para ser mi complemento. Eras el ángel que a mi vida ya cuidaba; el impulso que me dejaba conmovido, la voz con lenguaje más preciso, y la belleza que a mi alma le faltaba. Eras como la rosa que veía a todas horas; hermosa sobre un libro que ya creaba, flor cerrada que emanaba tu fragancia, y me dictaba sutilmente mil palas. Eras mi oración diaria en el ocaso; mi plegaria en los laudes y la aurora, mi ruego en los días y las noches, y a las doce en el ángelus mi breviario. Eras enteramente tantas cosas; como el cielo que contiene a los astros, eras mi motivo en aquel invierno, y me alejaste para siempre de tu lado. Andrés Ortiz Pantaleón.😭😭
Enviar